top of page

¿Por qué algunos proyectos inmobiliarios se venden en 2 meses y otros en 2 años?

  • Foto del escritor: SmartMarketing.pe
    SmartMarketing.pe
  • 8 abr
  • 12 Min. de lectura

En el mercado inmobiliario peruano es común observar que ciertos proyectos de vivienda se agotan en cuestión de semanas, mientras que otros permanecen disponibles por años. ¿A qué se debe esta enorme diferencia? La realidad es que no es cuestión de suerte, sino de una combinación de factores técnicos y estratégicos. Diversos elementos como la ubicación, el precio, el diseño del proyecto, la estrategia comercial e incluso el momento del lanzamiento influyen en la velocidad de venta​. Por ejemplo, un desarrollo típico de 50 departamentos en Lima Moderna puede demorar alrededor de 16 meses en venderse completamente​, mientras que proyectos más grandes (200+ unidades) pueden requerir hasta 36 meses​. Vender todo en solo 2 meses es extraordinariamente rápido y suele implicar que se hicieron muchas cosas bien desde el inicio. A continuación, analizamos los factores clave que explican por qué algunos proyectos “vuelan” del mercado y otros se estancan, identificando errores comunes y mejores prácticas para lograr ventas más ágiles.




Estrategia de marketing y ventas: la velocidad no es casualidad


Uno de los diferenciadores principales entre un proyecto de venta rápida y otro de venta lenta es la estrategia de marketing y ventas. Un proyecto que se vende en 2 meses seguramente contó con una estrategia comercial bien planificada: campañas de intriga antes del lanzamiento, publicidad segmentada (digital y tradicional), presencia en portales inmobiliarios, redes sociales activas y un equipo de ventas proactivo. Responder rápido a los interesados es crucial: los primeros en atender un lead capturan entre un 35% y 50% de las ventas​. Esto significa que si un posible comprador deja sus datos, la promotora con un buen CRM y procesos automatizados de seguimiento tendrá mucha más probabilidad de cerrar la venta antes que la competencia.


Por el contrario, los proyectos que tardan años en venderse suelen pecar de estrategias débiles o tardías. Algunos errores comunes incluyen: publicidad escasa, depender solo de un caseta de venta física o esperar a que “el producto se venda solo”. No invertir en marketing profesional desde el lanzamiento es un error costoso. Las buenas prácticas en este aspecto implican:

  • Definir claramente el público objetivo y enfocar la comunicación en sus necesidades (por ejemplo, jóvenes profesionales, familias, inversionistas, etc.).

  • Campañas omnicanal: combinar anuncios en portales inmobiliarios, Google, redes sociales, email marketing y ferias inmobiliarias para maximizar alcance.

  • Contenido visual atractivo: uso de renders, videos y recorridos virtuales de calidad para generar interés.

  • Equipo de ventas capacitado que utilice herramientas de CRM para dar seguimiento inmediato a cada lead, aprovechando la ventana crítica de interés del cliente.

Un marketing eficaz genera demanda desde el primer día, logrando que el proyecto arranque con pie derecho. Si en el lanzamiento se logra vender un porcentaje significativo (20%, 30% o más de las unidades), el proyecto entra en una dinámica positiva de “venta en caliente” que atrae aún más compradores. En cambio, si la venta inicial es floja, toca remar contra la corriente para reactivar el interés.


Diseño del proyecto y adecuación al perfil del comprador


No importa cuán buena sea la publicidad, si el proyecto no encaja con lo que el comprador busca, las ventas no llegarán. El diseño del proyecto (desde la arquitectura hasta las amenidades y distribución de unidades) debe responder al perfil y preferencias del comprador objetivo en esa ubicación. En el Perú, la Asociación de Empresas Inmobiliarias (ASEI) enfatiza que “la ubicación sigue siendo el atributo más relevante para los compradores, seguido por el producto en sí... [y su] capacidad de resolver las necesidades del cliente final a un precio asequible”​. Esto significa que un proyecto exitoso entiende a su cliente: por ejemplo, si se construye en un distrito con alta presencia de jóvenes profesionales, tendrá unidades compactas y funcionales; si el target son familias, incluirá áreas comunes infantiles, seguridad y quizá más metraje.


Buenas prácticas de diseño y producto: investigar qué tipo de vivienda falta o es más demandada en la zona y enfocarse en cubrir ese nicho. Un error común es enamorarse de un diseño “innovador” sin validar si hay mercado para él. Proyectos que ofrecen características deseadas (como áreas verdes, coworking, gimnasios, acabados modernos) alineadas con la capacidad de pago del público local venderán más rápido que aquellos que están desfasados del mercado (por ejemplo, departamentos lujosos en zonas de perfil medio, o unidades muy pequeñas en áreas donde el comprador busca espacio).

Además, el mix de tipologías influye en la velocidad de venta. Un proyecto bien concebido suele tener una mezcla equilibrada: unidades de 1, 2 y 3 dormitorios según la demanda estimada. Si todos los departamentos son muy similares, limitas tu base de compradores. En cambio, diversificar la oferta (por ejemplo, estudios para inversionistas, dúplex para familias que buscan algo diferente) puede acelerar la absorción al atraer a múltiples subsegmentos de clientes.


Ubicación y precio: la dupla que define el éxito


En inmobiliaria se dice que “ubicación, ubicación, ubicación” es lo más importante, y en efecto un proyecto en una zona estratégica tendrá ventaja. Pero la ubicación por sí sola no garantiza ventas rápidas si el precio no está acorde al mercado. Precio y valor percibido forman una dupla inseparable. Los proyectos que se venden en dos meses típicamente ofrecen una propuesta de valor muy atractiva: ya sea porque están en una zona de alta demanda con precio competitivo, o porque en una zona emergente ofrecen algo innovador a un costo accesible.

En el mercado de Lima, por ejemplo, distritos como Barranco, Surquillo o Jesús María han mostrado altos índices de absorción (ventas mensuales sobre inventario) en 2024, superiores al 4% mensual​. Barranco lideró con 5.2% de absorción mensual​ gracias a su oferta limitada y alta demanda, lo que implica que los buenos proyectos en ese distrito pueden venderse en poco más de 1.5 años. Si un proyecto similar se lanza en Barranco con un pricing agresivo en preventa, es probable que vuele en pocos meses. En contraste, una ubicación menos consolidada o con sobreoferta requerirá más tiempo; por más bueno que sea el proyecto, si hay muchos competidores cercanos o la zona no es tan deseada, solo un precio muy atractivo lo hará destacar.


Errores a evitar en este frente: el sobreprecio. A veces los desarrolladores fijan precios altos pensando en la plusvalía futura o comparándose con proyectos “estrella” del mercado, pero un precio fuera de rango espantará a los compradores iniciales. Y mientras más tiempo pasa un inmueble sin vender, más sospechas genera (el mercado piensa “¿por qué no se vende? ¿estará muy caro o tendrá problemas?”). La estrategia inteligente es arrancar con precios de lanzamiento competitivos, incluso con descuentos o facilidades por tiempo limitado, para estimular la venta rápida del 20-30% inicial del proyecto. Esa inercia positiva permite luego ajustar precios al alza gradualmente.

Por otro lado, entender la sensibilidad del comprador peruano al precio es vital. Muchos compradores primeros optan a créditos MiVivienda o similares; si el proyecto califica a esos beneficios o se estructura para acomodar el presupuesto promedio del segmento, tendrá ventaja. Un proyecto se puede estancar dos años si el público objetivo no puede calificar al crédito para comprarlo. En cambio, adecuar metrajes, acabados y precios para entrar en un rango financiable amplía enormemente la demanda.


Timing y lanzamiento al mercado


El momento en que se lanza un proyecto puede acelerar o frenar sus ventas. Aquí intervienen factores macro y micro. En el plano macro, lanzar en un ciclo económico favorable (bajas tasas de interés, alta confianza del consumidor, subsidios activos) claramente ayuda. Por ejemplo, tras la pandemia muchas desarrolladoras en Latinoamérica aprendieron que el timing es crucial: en Chile, las condiciones económicas adversas (inflación, alza de tasas, menor acceso a crédito) hicieron que el tiempo promedio para recuperar la inversión de un proyecto aumentara de 11 meses en 2019 a 33 meses en 2024​. Esto indica que en entornos difíciles las ventas se ralentizan, alargando los plazos a casi 3 años. En Perú, si se lanzaba un proyecto en plena incertidumbre del 2020, seguramente costó venderlo. En cambio, proyectos lanzados en 2023 aprovecharon el repunte de demanda y pudieron tener ventas más dinámicas.


A nivel micro, la planificación del lanzamiento en sí misma marca la diferencia. Los proyectos que “se venden solos” en dos meses suelen haber hecho una pre-venta silenciosa antes: contactos con inversionistas, listas de espera de clientes fidelizados, o incluso teasers en redes que generaron expectativa. Así, cuando oficialmente salen al mercado, ya tienen compradores listos para firmar. Esta estrategia de acumular interesados permite medir el mercado y ajustar detalles antes del gran día. De hecho, ASEI recomienda siempre considerar unos meses de preventa para verificar la idoneidad del producto y hacer ajustes antes de construir​.


Buenas prácticas de timing incluyen también elegir bien la época del año para el lanzamiento (evitar periodos muertos como vacaciones de fin de año, y aprovechar ferias inmobiliarias o quincenas cuando hay gratificaciones). Asimismo, es vital coordinar el lanzamiento con la entrega de permisos y avances de obra; un error frecuente es anunciar bombos y platillos un proyecto que aún no tiene todos los permisos municipales, lo que puede generar retrasos y desconfianza si los compradores perciben que la obra no inicia. En cambio, un lanzamiento bien orquestado, con la obra ya en marcha o con piloto construido, genera credibilidad y urgencia a la vez.


Branding y percepción de valor


La marca detrás del proyecto y la forma en que se comunica el valor del mismo son otros factores determinantes. Hay desarrolladores en Perú con tanta reputación que sus nuevos lanzamientos atraen hordas de clientes fieles y se agotan rápido, porque el mercado “les cree” y valora su calidad. Por otro lado, proyectos de empresas nuevas o con antecedentes de retrasos tendrán que esforzarse el doble en convencer al comprador. Un componente clave es el branding del proyecto: no es solo vender metros cuadrados, es vender un estilo de vida, una promesa. Los proyectos que se venden en semanas suelen tener nombres memorables, conceptos claros y un storytelling que conecta emocionalmente con el comprador (por ejemplo, vender “el hogar ideal para familias jóvenes en crecimiento, con áreas verdes y seguras”, en lugar de solo “edificio de departamentos de 3 dormitorios”).


La percepción de valor va de la mano con el branding. Si el comprador percibe que el proyecto ofrece “algo especial” (sea por diseño, ubicación, comunidad, sostenibilidad, etc.) estará dispuesto a apresurarse y pagar incluso un poco más. En cambio, si ve el proyecto como “uno más del montón”, no sentirá urgencia en la compra y postergará la decisión (lo que prolonga el ciclo de venta a años). Por eso, es fundamental trabajar en la propuesta única de venta desde el día uno: identificar qué hace diferente a tu proyecto y comunicarlo consistentemente en todo material comercial.


Errores comunes en este ámbito: descuidar la calidad de las presentaciones, brochures y showroom. Por ejemplo, hay proyectos cuyo piloto o departamento modelo no está bien ambientado, o renders poco realistas; esto afecta la imagen. En contraste, buenas prácticas como el home staging (ambientar los espacios de manera atractiva) han demostrado acelerar ventas incluso en mercados internacionales. En España, por ejemplo, se ha llegado a vender viviendas en días gracias a una cuidada puesta en escena y mejora de la percepción del inmueble​.


La lección es que lo que transmite el proyecto (en branding y presentación) puede acortar dramáticamente el tiempo en el mercado.


Uso de herramientas tecnológicas: la nueva ventaja competitiva


En la era digital, apoyarse en la tecnología ya no es opcional, es imprescindible. Los proyectos inmobiliarios que incorporan recorridos virtuales 3D, realidad virtual, tours 360° y plataformas online de atención al cliente generan más interés y cierran ventas más rápido que aquellos que no lo hacen. ¿Por qué? Porque facilitan la vida al comprador moderno. Hoy, un altísimo porcentaje de compradores inicia su búsqueda de vivienda en internet y espera poder ver la propiedad de forma remota. De hecho, 95% de los compradores preguntan por inmuebles con tours virtuales en 3D según una encuesta de Matterport​.


Esto refleja que si tu proyecto ofrece recorridos virtuales inmersivos, captas prácticamente a todos los interesados serios desde el primer contacto.


Además, las visitas virtuales aceleran el proceso de venta al filtrar clientes: quienes visitan el tour virtual y mantienen el interés llegan mucho más decididos a una visita física, reduciendo tiempos. Empresas en México consideran estos tours junto con IA como “arma secreta” que reduce costos de marketing y acelera el tiempo de venta​.


Complementariamente, usar un CRM inmobiliario con automatización de leads permite que ningún interesado se pierda en el embudo de ventas. Las estadísticas muestran que las empresas que usan CRM pueden aumentar sus tasas de conversión de leads hasta en un 30%​, gracias a un seguimiento organizado y personalización de la comunicación. En otras palabras, si dos proyectos compiten y uno responde al cliente el mismo día con información completa y el otro tarda una semana en devolver la llamada, ¿cuál crees que venderá primero? La tecnología garantiza que la experiencia del cliente sea ágil, y un cliente bien atendido tiene más confianza para reservar rápido.


Por otro lado, la falta de herramientas tecnológicas hoy equivale a quedarse atrás. Un proyecto que no tenga página web, que no muestre planos descargables, que no ofrezca aunque sea un video recorrido, estará perdiendo una porción enorme de mercado que busca comodidad y transparencia online. Igualmente, canales como las redes sociales ayudan a amplificar el alcance: una campaña efectiva en Facebook/Instagram o LinkedIn puede atraer un 18% más de público al embudo de ventas según especialistas​. Y no olvidemos la automatización: chatbots para responder consultas 24/7, email marketing programado para nutrir al indeciso con información de valor, etc., son herramientas que los proyectos “estrella” utilizan para no perder ni una venta potencial.


Consejo: invierte en tecnología desde la etapa de preventa. Un tour virtual del proyecto (aunque esté en planos), un sistema CRM para gestionar interesados, y publicidad digital segmentada son inversiones que se traducen en velocidad de ventas y ahorro en costos comerciales a largo plazo.


Perspectiva internacional: aprendiendo de otros mercados


Aunque este análisis se centra en Perú, es útil contrastar con experiencias de otros países para obtener perspectiva. En México, por ejemplo, la adopción de tecnologías PropTech está revolucionando la comercialización inmobiliaria. Los desarrolladores mexicanos post-pandemia se apoyan intensamente en recorridos virtuales y analítica para captar clientes internacionales y de otras ciudades, logrando cerrar ventas sin que el comprador pise la obra​. Esto les ha permitido mantener el interés incluso en proyectos en etapas muy tempranas, reduciendo tiempos muertos. La mentalidad tech se traduce en mayor agilidad: un comprador puede recorrer digitalmente un departamento muestra, chatear con un asesor en vivo y separar su unidad en línea con pago electrónico, todo en el mismo día.


Por otro lado, en Chile se ve el contrapunto de cómo las condiciones de mercado influyen en los plazos de venta. Ya mencionamos que en 2024 el tiempo promedio para que las inmobiliarias chilenas recuperen su inversión subió a 33 meses​. Esto no solo se debe a factores internos de las empresas, sino a un entorno de menor velocidad de venta general. La lección internacional aquí es que ninguna estrategia funciona en el vacío: hay que estar siempre atentos al contexto económico. Un desarrollador español o mexicano exitoso ajusta su estrategia si suben las tasas de interés o si la demanda cambia. En España, por ejemplo, se ha observado que aproximadamente solo el 13% de las viviendas tardan más de un año en venderse​, gracias a estrategias como home staging, precio correcto y alta profesionalización en marketing. Esto contrasta con la situación de algunos proyectos en Lima que exceden los 24 meses: quizás el estándar local de gestión comercial aún tiene margen de mejora para llegar a esos niveles de eficiencia.


Conclusión: mirar fuera nos muestra que innovar en marketing y tecnología no es un lujo, sino una necesidad para competir globalmente, y que entender el ciclo económico puede marcar la diferencia entre un proyecto vendido en tiempo récord o uno inmovilizado en stock.


Errores comunes y buenas prácticas (consejos finales)


Para cerrar, resumamos los errores a evitar y mejores prácticas a seguir si buscas que tu proyecto inmobiliario se venda rápido y al mejor valor:

  • No conocer al comprador: Un error crítico es lanzar un proyecto sin haber investigado a fondo al cliente objetivo. Evita suposiciones; realiza estudios de mercado, focus groups o analiza datos de ventas en la zona. Buena práctica: desarrolla un perfil claro (buyer persona) y diseña el proyecto y la estrategia pensando en esa persona.

  • Sobrevalorar la ubicación y descuidar el precio: Creer que “por estar en zona X se venderá solo” puede llevar a fijar precios fuera de mercado. Buena práctica: haz un análisis competitivo de precios en la zona y ofrece una propuesta valor-precio convincente. Si tu proyecto aporta un extra (diseño, amenities), comunícalo para justificar el precio, pero sé realista según la oferta existente.

  • Marketing tardío o insuficiente: Muchos proyectos comienzan a publicitar cuando ya están construidos, perdiendo meses valiosos. Buena práctica: inicia el marketing meses antes del lanzamiento, genera expectativa (teaser campaigns), y continúa con fuerza durante la construcción. Invierte en contenido visual de calidad y mantén una presencia constante (omnichannel).

  • Descuidar la fuerza de ventas: Un equipo de ventas desmotivado, sin capacitación o sin herramientas, se traduce en leads perdidos. Buena práctica: capacita a tus asesores en atención al cliente, product knowledge y seguimiento. Implementa un CRM y establece metas de respuesta (idealmente contactar a cada nuevo lead en menos de una hora). Premia la rapidez y efectividad en cierres.

  • Falta de flexibilidad comercial: Proyectos estancados a veces mantienen la misma estrategia pese a la evidencia de bajas ventas. Buena práctica: si las ventas no despegan en X meses, replantea: ajusta precios, ofrece promociones (ej. descuento en cuota inicial, cocina equipada de regalo, mejoras en financiamiento), cambia alguna tipología si es posible o refuerza el marketing en un segmento diferente. La capacidad de reacción puede recortar dramáticamente el tiempo de venta.

  • No aprovechar la tecnología: Hoy, un proyecto sin recorridos virtuales, sin presencia en redes o sin responder consultas online, parte en desventaja. Buena práctica: incorpora herramientas tech desde el inicio. No solo atraen más compradores, sino que te hacen ver como una empresa moderna y confiable. Además, utilizar analítica de datos (por ejemplo, ver qué tipo de departamentos reciben más interés online) te permite afinar la estrategia sobre la marcha.


En resumen, un proyecto inmobiliario que se vende en 2 meses es el resultado de hacer muchas cosas bien de forma conjunta: elegir un producto adecuado en una ubicación con demanda, fijar un precio atractivo, lanzar en el momento oportuno, ejecutar una estrategia de marketing potente, construir una marca de confianza y utilizar todas las herramientas disponibles para llegar al cliente y convencerlo rápidamente. Por el contrario, un proyecto que languidece 2 años en inventario suele ser víctima de uno o varios de estos factores mal ejecutados. La buena noticia es que estos factores están bajo control del desarrollador en gran medida. Aprendiendo de los errores comunes y aplicando las mejores prácticas mencionadas, los desarrolladores e inmobiliarias peruanas pueden acercarse cada vez más a ese ideal de vender sus proyectos “como pan caliente”. Al final del día, vender rápido y bien no solo mejora la rentabilidad, sino que construye reputación para el siguiente proyecto. ¡Manos a la obra con esas estrategias para que tu próximo desarrollo sea de los que se agotan en tiempo récord!​


Conoce nuestro servicio de Marketing Inmobiliario

 
 
 

留言


bottom of page